Pensar en el porqué de los negocios es sin duda la pregunta más importante que nos debemos hacer.
¿Por qué quieres ser un empresario? ¿Por qué quieres ser un emprendedor? Para compartir tu conocimiento, para ayudarle a la gente a construir algo que luego va a convertirse en un legado, para ganar ingresos, porque quieres crear una comunidad, o simplemente porque quieres que ese negocio se convierta en una válvula de escape.
Si a todas estas preguntas contestaste sí, déjame decirte algo. Un empresario debe tener tres características:
- Compromiso con el servicio
- Deseo de ofrecer valor
- Amor por enseñar
Si tu producto o tu servicio es tan bueno, eso tiene que reconocerlo el cliente. Porque nadie va a volver a ti si tu producto o tu servicio es malo y no aportó absolutamente nada. Así las cosas, enfócate en el producto o el servicio que vas a prestar, y no olvides el valor añadido al contenido que vas a publicar en tus redes sociales, pues eso es lo que más valora tu audiencia.
Es muy importante también que comprendas que el amor por enseñar también lo es todo. Recuerda que tienes en tu cabeza un mundo de conocimientos, y la idea es que logres transmitir lo que tú quieres para que otros aprendan de ti. Puedes hacer eBooks, webinars o transmisiones en vivo para que ofrezcas un sin número de información que a otros les pueda servir. Esto lo debes hacer de forma gratuita, pero ojo, porque no siempre puede ser así. Muchas personas te contactarán para que siempre regales el conocimiento, pero tienes que saber hasta qué punto darlo, porque un negocio tampoco se construye a punta de altruismo.
Otro punto importante es que cada peso que te entre lo vuelvas a invertir en tu negocio, pues si comienzas a utilizar ese dinero en otras cosas ahí estás cometiendo un error. Trata de que todo lo que ganes al principio lo inviertas en tu negocio, y al cabo de unos meses vas a tener una base muy sólida para seguir creando lo que tú quieras.