Hay muchas personas que creen que la inspiración o la motivación son los únicos ingredientes que se necesitan para alcanzar una meta. Pero, si bien son importantes y ayudan, no son suficientes para alcanzar objetivos puntuales. Para llegar a donde quieres, además, debes tener algo que te servirá en cualquier faceta: la disciplina.
Y la disciplina es clave porque si es una constante en tu vida, será la disciplina la que timonee el barco. Algo que sucede a menudo, es que nos excusamos en decir que nuestras pausas de tomar acción se deben o porque no se está inspirado, o porque no se está motivado. Y resulta, que esa inspiración o motivación pueden tardar en aparecer, pero si te guías por la disciplina sabes que aunque las ganas estén ausentes, hay que hacer ciertas tareas recurrentemente, una y otra vez, para alcanzar lo que te has propuesto.
Con esto, no estoy satanizando a la inspiración ni a la motivación, las cuales cumplen un papel fundamental en la vida de las personas. Con esto, quiero decirles que estos dos puntos, mezclados con disciplina, son el detonante ideal para que te abras el camino que tanto has soñado.
Ahora bien, ¿es lo mismo inspirar que motivar? No son lo mismo. La motivación es la energía interna que nos mueve a romper con la comodidad. Es el impulso interior que mueve a la persona a alcanzar un objetivo. Es la ruptura con lo existente. Es el cambio. Pero ¿qué genera ese impulso interior? Sencillo: la pasión, el honor, la autoestima y la independencia.
Por esta razón, nadie puede motivar a nadie, la motivación está dentro de uno mismo. Lo más que puede hacer una persona para “motivar” a alguien, es crear un escenario para que el otro se motive, más allá de eso es imposible.
¿Cómo identificas si estás o no motivado? Si tienes un entusiasmo atípico, estás con buena disposición, buena energía, estás siendo optimista, y además estás lleno de esperanza y emoción, estás motivado. Si te das cuenta, todo lo mencionado anteriormente puede no siempre estar así, habrá días en los que la energía no esté tan elevada y por tanto no tengas ganas de hacer nada. Por tal razón, aquí debe entrar la disciplina para que decidas hacer lo mismo que haces cuando cuentas con esa motivación.
Ahora, ¿Qué es la inspiración? Es recibir el aliento, es algo que yo recibo de otro, es algo así como insuflar vida en algo inerte. Tú puedes recibir inspiración de referentes que consideres como un modelo a seguir, que sean un ejemplo para los demás. Pero también puedes inspirara a otros siendo un ejemplo, impulsando el cambio constante a la mejora, y también, lo puedes hacer tomando frecuentemente la iniciativa, es decir, haciendo que las cosas sucedan.
Algo importante, es que la persona que inspira no se siente un producto terminado. Siempre busca fortalecer su empatía para ponerse en los zapatos del otro, escucha atentamente a los demás, expresa sus emociones; y mira más allá del horizonte.