En un episodio revelador del podcast Detrás del Like, Sergio Arboleda Arroyo —arquitecto de profesión, astrólogo por vocación— comparte con Paula Castillo Lenis su particular recorrido entre planos arquitectónicos y constelaciones celestiales. Con una visión renovadora y pedagógica, Sergio está reconfigurando el entendimiento de la astrología como herramienta de autoconocimiento profundo, lejos de los estigmas que la reducen a horóscopos genéricos y predicciones banales.
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Del diseño del espacio al diseño del tiempo
Su tránsito hacia la astrología comenzó, curiosamente, con una experiencia de pérdida auditiva súbita. En su búsqueda por entender lo inexplicable, llegó al I Ching, oráculo milenario chino que lo introdujo al lenguaje simbólico. Más tarde, encontró en la astrología una estructura igualmente simbólica, pero profundamente conectada con el tiempo, los ciclos y la psique humana. “Es como hacer arquitectura con el tiempo”, afirma, destacando cómo los planetas, lejos de influirnos mágicamente, hacen parte de un orden mayor que se refleja en nosotros.
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La astrología como lenguaje simbólico y creativo
Sergio concibe la astrología como un lenguaje, no como una herramienta predictiva. Cada planeta representa una energía, una función vital o un impulso. Por ejemplo, el Sol es el propósito, Mercurio es la palabra, Venus es la emoción y Marte la acción. La Luna representa lo inconsciente, lo automático, lo heredado emocionalmente. Su enfoque es integrador: la astrología permite entender nuestros impulsos conscientes e inconscientes, y encontrar rutas creativas para vivir con más autenticidad.
De las casas a los signos: una estructura fractal
El mapa astral —compuesto por signos, planetas y casas— no determina un destino, sino que muestra un conjunto de potencialidades. Según Sergio, cada persona tiene un poco de cada signo en su carta, y estos no son etiquetas inmutables, sino formas de ser que uno puede activar o ignorar. Divide los signos en cuatro grandes elementos: fuego (impulso), tierra (regulación), aire (relación) y agua (emociones). “Todos tenemos un poco de todo. No es que seamos un signo, sino que estamos en ciertos signos según cómo actuamos.”
Contra los estereotipos del horóscopo
En un momento crítico de la entrevista, Sergio y Paula desmitifican los horóscopos de revista y su falta de rigor. Para él, comparar eso con la astrología seria es como confundir una galleta de la fortuna con un tratado de física. Aun así, defiende la existencia de una lógica ordenada en el universo que se puede leer desde distintos lenguajes simbólicos —como el I Ching, el tarot o la astrología— siempre que haya un lector ético, preparado y respetuoso del libre albedrío de la otra persona.
Espiritualidad y ciencia: ¿opuestas?
La entrevista también toca un punto sensible para muchos: ¿es la astrología contraria a la fe? Para Sergio, no. “El problema no está en el tarot, la astrología o el Iching, sino en quién los interpreta.” En sus palabras, un sabio puede usar cualquier medio para transmitir luz, mientras que un charlatán puede intoxicar incluso con las mejores herramientas. Lo esencial es la intención y el conocimiento profundo de quien guía.
Carta astral: una terapia simbólica
Sergio describe la lectura de la carta natal como una terapia acelerada, una forma de activar conscientemente los “chakras” planetarios. No se trata de predecir el futuro, sino de iluminar el presente. De ahí su propuesta: la astrología no sirve para saber qué va a pasar, sino para entender quién soy y qué caminos tengo disponibles. Es, en esencia, una herramienta de autoconocimiento, y el punto de partida para una vida más consciente.
Visualidad, pedagogía y creatividad
En su labor como divulgador, Sergio ha creado su propio tarot, su sistema de colores simbólicos y hasta vehículos gráficos que representan los signos zodiacales, reemplazando los viejos arquetipos animales por metáforas más actuales, como un carro de carreras para Aries. Además, dicta cursos de astrología donde enseña a combinar símbolos y a pensar en múltiples dimensiones, como si el aprendizaje mismo fuera un viaje interior.
Lo de Sergio Arboleda no es una cruzada por convencer escépticos, sino una invitación a explorar. Su propuesta va más allá de los dogmas y del esoterismo vacío: ofrece una astrología viva, creativa y profunda, donde los planetas no dicen qué te va a pasar, sino qué posibilidades habitan en ti. Como él mismo dice: “La carta astral no es buena ni mala; es un instrumento. La pregunta es: ¿cómo vas a tocarlo tú?”