No siempre los jefes y los clientes tienen la razón. Es nuestra obligación hacerlos caer en cuenta que no siempre las cosas son como ellos quieren que sean. Cuando ellos nos contratan es porque ven en nosotros las capacidades para ejercer determinados trabajos y es muy importante que hagamos valer nuestro trabajo y digamos no cuando estemos seguros que es lo mejor.
Esto deberá hacerse con argumentos que nos ayudarán a fortalecer lo que nosotros pensamos porque estamos seguros que está bien hecho y que sobre todo para a ser en beneficio del cliente o de la compañía para que la trabajamos.
Muchas veces nos da miedo enfrentarnos a los clientes, cuando digo enfrentarnos no es con peleas, ni malos tratos, sino siendo muy contundentes con nuestras posiciones. La mayoría de veces nos da un poco de miedo porque pensamos que vamos a perder el cliente o porque pensamos que vamos a perder el trabajo, pero no hay nada más valioso en un trabajador que haga sentir su posición con argumentos, con trabajo consciente y siendo muy respetuosos siempre.
No le debemos tener miedo ni a los clientes ni a los empleadores, si nosotros tenemos la capacidad, tenemos que hacer notar nuestro trabajo porque de esta manera se va a notar con más contundencia.
Digamos no cuando no nos parece y refutemos con argumentos.