En el nuevo episodio de Detrás del Like, nos sumergimos en la historia de Claudia Ramírez: escritora, editora, copywriter y, sobre todo, una mujer que encontró en la escritura su forma más genuina de vivir, sanar y evolucionar.
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Claudia no solo ha hecho de las palabras su profesión, sino también su brújula emocional. En esta entrevista íntima y profunda, nos comparte cómo su carrera fue tomando forma desde la espontaneidad de un blog personal hasta convertirse en una de las plumas más respetadas del ecosistema digital de habla hispana.
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“Yo empecé a escribir como una forma de organizar lo que sentía”, dice Claudia. En 2009, mientras atravesaba una crisis personal en un país extranjero, abrió un blog sin mayores expectativas. Lo que nació como un acto catártico, terminó transformándose en una marca personal sólida, con una comunidad que se identifica con su honestidad y vulnerabilidad.
Una vida escrita a mano
Claudia no sigue fórmulas, y eso es lo que más resuena en quienes la leen. “Escribir no es mi terapia, pero sí es una forma de darme cuenta de lo que me pasa. Me permite entender lo que siento.” Esa transparencia emocional es el hilo conductor de sus textos, donde habla del amor, la incertidumbre, la maternidad, el duelo y la vida adulta con una autenticidad que reconforta.
Además de su blog, Claudia ha colaborado con marcas como Disney, Netflix y Amazon Prime, y ha sido ghostwriter para múltiples voces conocidas. Pero más allá del reconocimiento comercial, su mayor éxito ha sido mantenerse fiel a su estilo narrativo: honesto, pausado y profundamente humano.
De la palabra íntima a la palabra compartida
Uno de los temas más inspiradores de la conversación es cómo Claudia ha sabido equilibrar su vida profesional con su vida emocional y personal. Claudia ha hecho de la escritura un refugio y un faro.
En Detrás del Like, también hablamos de su faceta como tallerista. Claudia acompaña a otros en su propio proceso de escritura, brindando espacios seguros para que más personas se atrevan a contar su historia, no desde la perfección, sino desde la verdad.
“No hay nada más valiente que mirar adentro y contarlo con palabras”, asegura.
Las redes sociales como herramienta, no como objetivo
En un mundo dominado por algoritmos, Claudia se resiste a dejar que las métricas dicten su valor. Aunque tiene presencia en Instagram y una newsletter muy leída, su objetivo no es “crecer por crecer”. “No me interesa la viralidad. Me interesa conectar”.
Ese enfoque ha creado una comunidad profundamente leal. Personas que no solo la leen, sino que la sienten cercana. Esa es su verdadera influencia: no la cantidad de seguidores, sino la calidad del vínculo que construye con ellos.