- La pereza: Holgazanear es el hábito que más daño hace.
- La procrastinación: Dejar para luego las tareas que puedes hacer ya te frena en tus proyectos.
- Culpar a los demás: Buscar culpables por lo que no has logrado o por lo que ha salido mal es un pésimo hábito.
- La envidia: Esta actitud sólo te autodestruye y te hará perder tiempo.
- Despreciar el logro de otros: No minimices ningún esfuerzo, para otros puede ser un logro importante.
- Hablar demasiado y no actuar: Muchos hablan constantemente de lo que planean hacer, pero nunca hacen nada.
- Comenzar siempre tus frases con NO, PERO y SIN EMBARGO: Este tipo de palabra se utilizan como una manera de ganar y consolidar el poder ante otros y esto reciente a las otras personas.
- Realizar comentarios destructivos: Las personas podrán olvidar las palabras que se utilizaron, pero jamás olvidarán como se sintieron.
- Hacer suposiciones: Las personas que no logran ser exitosas se basan mucho en suposiciones sin darse la oportunidad de considerar otros puntos de vista.
- La negatividad: Pensar que todo lo que haces te va a salir mal no te permitirá avanzar.
- Rendirse ante el primer obstáculo: Si al menor indicio de que las cosas pueden decaer un poco renuncias, no llegarás a ningún lado.
- No pedir ayuda: Esto es válido para cualquier aspecto de la vida, hay que ser inteligentes para saber cuándo se necesita de alguien.
- Estar con personas que nos hacen infelices: Alejarse de personas que te hieren y son crueles es lo más sano.
- No pasar tiempo con quienes importa: A veces nos perdemos en nuestros asuntos y nos olvidamos de las personas importantes.
- Tener una excusa para todo: Es importante reconocer cúando se tienen fallas o se cometen errores, es la única manera de mejorar.
- No arrepentirse: No asumir la responsabilidad de las acciones puede afectar a otras personas.
- No escuchar: Es clave aprender a escuchar aquellas opiniones que pueden ayudarte a crecer y mejorar.
- No ser agradecido: Comenzar el día agradeciendo es importante para tener un día exitoso.
- Nunca salir de la zona de confort: Es necesario arriesgarse, ampliar los horizontes y atreverse a ir un poco más allá.
- Conformarse con lo mínimo: Es bueno querer más de lo usual, apostar por más y no sólo conformarse con algo que no sea totalmente satisfactorio.