Cuando mi hermano Eduardo Castillo Lenis murió por cuenta del COVID, el 19 de agosto de 2021, me regalaron un libro sobre duelo que se llama Experiencias con el Cielo, de una escritora que se llama Elsa Lucía Arango.
Ese libro dice que cuando un ser querido se muere se puede manifestar de diferentes maneras. Una de ellas es a través de un ave, que tal vez no sea muy común. A mi hermano le gustaban mucho los colibrís, siempre que veía alguno decía que le parecía bonito.
Desde el día en que mi hermano murió, siempre hablo con él, y en esa especie de diálogo mental, le digo que cuando me quiera visitar de alguna manera lo haga a través de un colibrí. Y aquí es cuando comienzo a contarles esta historia del porqué creo que los seres queridos que murieron nos visitan desde el más allá.
Un día me encontraba en mi oficina trabajando y a través de un grupo de WhatsApp familiar me llegó un video de mi hermano cantando vallenato; me puse un poco triste al verlo y quise publicarlo en redes sociales. Ese día estuve bastante triste.
Generalmente salgo de mi oficina a las 5 p.m., pero ese día decidí quedarme un poco más tarde. De un momento a otro entró un colibrí a mi oficina. Eran las 6 p.m., no podía creerlo porque no es normal que un colibrí entre a un espacio cerrado y menos a esa hora del día. Todos los compañeros del trabajo intentaban atraparlo porque se estaba pegando en su pico con el techo; y mientras tanto, lo único que hice fue grabar un video.
Desde ese día, estoy completamente segura que nuestros seres queridos que murieron nos visitan desde el más allá.