La crítica es inútil porque pone a la otra persona a la defensiva, y por lo general hace que trate de justificarse.
La crítica es peligrosa porque lástima el orgullo de cada persona, que es lo más preciado que cada ser humano posee. Cuando criticas al otro hieres su sentido de la importancia y despiertas su resentimiento.
Si no quieres despertar en el otro un resentimiento que pueda perdurar décadas y seguir ardiendo hasta la muerte, no lances críticas punzantes. Un gran hombre demuestra su grandeza por la forma en la que trata a los demás.
Te propongo que en vez de censurar a los demás tratemos de comprenderlos y de reflexionar por qué se comportan de determinada manera; y te aseguro que será más provechoso e interesante que criticar.
Por medio de la crítica jamás provocaremos cambios duraderos. “Si quieres recoger miel, no des punta pie a la colmena”: Dale Carnegie.